A nuestras manos llegaron dos marcos de madera gemelos, típicos de la década de los 50. Estaba en muy mal estado y sobre todo, estaba pintado con purpurina y se había puesto verdoso por el pasar del tiempo. Además, el trabajo en yeso en las esquinas del marco, estaba rajado y maltratado. Pero por suerte, no presentaba daños profundos.
Lo primero que hicimos fue reparar el trabajo de las esquinas con pasta de yeso y luego las prensamos para que queden bien firmes.
Una vez que ya estaban reparado todo el trabajo del marco, procedimos a pintarlo con pintura acrílica roja, para que sirva de base para el dorado a la hoja que posteriormente aplicaríamos.
Una vez seca la pintura, comenzamos a realizar el dorado a la hoja, con finas y delicadas láminas de bronce, que se adhieren a la madera gracias a una emulsión especial para ese fin.
Cuando ya tenemos todo el marco dorado con las láminas de bronce, aplicamos una pasta de pátina para envejecer el acabado y restarle un poco de brillo. Aunque este paso depende del gusto del cliente. En este caso, el cliente no deseaba algo tan brillante así que procedimos con ese acabado que le da el color oro viejo.
Finalmente, este es el resultado. Como pueden ver, gracias a una restauración cuidadosa, pudimos recuperar este hermoso marco de madera, que luce muy bien con un espejo biselado y puede ser el complemento perfecto para ese rincón especial de su hogar.
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